martes, 14 de julio de 2009

¿FICCIÓN O REALIDAD?


-Doctor, yo lo que querría es vivir las ficciones que me gustan en mi realidad ¿Entiende lo que le quiero decir?

-Por supuesto, usted quiere ser el guapo, el bueno, el héroe, matar a los malos, quedarse con la chica guapa y que al final todo tenga sentido.


-Exacto ¿Como lo sabe?


-Es un síndrome muy habitual. La suya es una más entre millones de mentes contaminadas por malas películas.


-Vale ¿Puedo conseguirlo?


-Por supuesto solo tiene que entender que la ficción y la realidad tienen reglas diferentes.


-¿Qué quiere decir con eso?


-Quiero decir que no se puede disfrutar de la realidad, si constantemente la comparamos con la mentira de la ficción.


-No me entero.


-Le pondré el ejemplo de una de las ficciones más extendidas ¿Usted se hace pajas?


-Hummm... No muchas. A veces. Sí. Bastantes.


-¿Y como se lo pasa mejor, haciendo el amor o haciéndose pajas?


-Hummm... Según.


-Ya lo va entiendo. Si hacemos el amor intentando que todo sea como en nuestras pajas es muy posible que la cosa no funcione bien. Ahora no estamos solos, estamos con otra persona y la cosa se hace más interesante pero se complica. Si intentamos reproducir, exactamente, la ficción de las pajas en la realidad de hacer el amor, probablemente la cosa no salga bien, pero si disfrutamos de esa realidad, lo que sentiremos será superior a la ficción ¿me sigue?


-Más o menos.


-Por otra parte, si cuando nos hacemos pajas pensamos demasiado en la realidad, nos estamos limitando sin sentido, ya que la paja es ficción y no deberíamos estar limitados ni por la realidad, ni por lo que ya nos han contado o hemos visto. Nuestro único límite debería ser nuestra imaginación. En resumen que en la realidad no nos limite la ficción, y que en la ficción no nos limite nada.